Yo sé
que
muy adentro
escondido
bajo
la tierra
como
un pequeño punto
invisible
como un grano de sal
mi corazón me aguarda,
tímidamente
como cualquier corazón de verdad.
Entonces
me vuelvo lombriz
y cavo, cavo, cavo
Lo busco a ciegas
sin usar las manos
porque no puedo agarrarlo,
no puedo tenerlo,
no puedo poseerlo,
no puedo aprisionarlo,
no puedo entregarlo,
no puedo perderlo.
Lo busco con mi instinto
que es un farolito que,
tramo a tramo
me alumbra un poco más.
Yo sé
que
cuando llegue a mi corazón
me lo voy a comer despacito
para que se me haga carne
y se me haga sangre
y para que nunca más
ande en este mundo
como un fantasma,
para que nunca más
haya nada que olvidar
ni nada que recordar
Yo sé
que
cuando llegue a mi corazón,
de tanto andar
yo voy a ser mi corazón.

Andrea Lizarraga

AnteriorSiguiente
Aquafaba
Ensalada de Rúcula y Durazno
Leche de Avena