Cuando germinamos semillas de cereales o legumbres, estas se convierten en un alimento fácilmente asimilable porque liberan todos los nutrientes encapsulados y mejoran el valor nutricional de la propia semilla. Por eso son ricos en enzimas, vitamina C, vitaminas del complejo B, vitamina K, betacarotenos, minerales y clorofila; ademas de ser súper digeribles y bajos en calorías.
Este brote puedo comerse entero, incluyendo raíces y hojas. Son sencillos de preparar y es mejor consumirlos crudos, porque la cocción destruye gran parte de su contenido nutricional. Los podes incorporar en ensaladas, salteados, en tortillas o formando parte de diversos platos cocinados si los añadís al final para que no pierdan sus propiedades.
Para hacerlos vas a necesitar:
- 1 frasco de vidrio grande
- 1 pedazo de gasa o lienzo fino
- 1 gomita
- 3 cdas. de: fenogreco o lentejas o poroto mung o quinoa o alfalfa
Vas a colocar las semillas en el frasco y las tapas con abundante agua para dejarlas en remojo nocturno. Al otro día, retiras el agua, enjuagas y tapas la boca del frasco con la gasa y ajustas con la gomita.
Coloca el frasco en un lugar poca luz, inclinado a 45º con la boca hacia abajo sobre una bandeja o un bol. Este paso es muy importante para que drene bien el agua.
Vas a repetir el enjuage por dos o cinco días mas y siempre vas a dejar el frasco inclinado para eliminar el exceso de agua.
Entre el 3er. y 5to. día (según la semilla) los brotes están requete listos, así que le das un ultimo enjuage, los expones al sol directo por 10 minutos (para terminar la activación) y los guardas bien sequitos en un frasco. Los vas a amar, son deliciosos, frescos y levantan cualquier preparación por sencilla que sea, a probar!!