El ghee es una manteca clarificada que forma parte de la alimentación hindú desde tiempos inmemoriales. Es famoso por sus propiedades nutritivas y terapéuticas (tanto internas como externas) y forma parte esencial de la medicina Ayurveda.
Es una grasa a la que se le han retirado las proteínas, azúcares y agua por lo cual puede usarse para cocinar a altas temperaturas y puede ser consumido por personas intolerantes a la lactosa. Además, es fuente de: ácido linoleico, vitaminas liposolubles (A, D, E y K) y tiene un sabor tan delicioso que combina perfectamente en un sinfín de preparaciones.
Es muy fácil de realizar así que va la receta:
- Manteca de buena calidad, sin sal: 500 gr
- Olla profunda
- Cuchara de madera
- Colador de metal
- Gasa
- Frasco de vidrio
Vas a colocar la manteca en la olla sobre fuego medio y mientras se derrite vas revolviendo con cuchara de madera. Cuando la manteca comience a hervir (no tapes la olla así se evapora el agua) vas a ver que se forma una espuma sobre la superficie y vas a continuar revolviendo, a medida que pasa el tiempo (podes bajar un poco el fuego) los sólidos que se formaron se vuelven de color marrón y se depositan en el fondo de la olla, mientras tanto el líquido se vuelve de color dorado. En este punto (alrededor de los 30 minutos) el ghee esta listo y es importante que estes atento para no arruinar el sabor. Finalmente vas a colocar la gasa sobre el colador y vas a filtrar tu ghee en el frasco de vidrio.
No es necesario guardarlo en la heladera, al enfriarse a temperatura ambiente se va a volver semi sólido.
A partir de entonces podes usarlo para salteados con especias, untado en panes o como la materia grasa de cualquier preparación.
Después me contas cómo te salió? 😉