El kéfir es un cultivo probiótico de bacterias, levaduras, lípidos y proteínas que conviven en simbiosis. Tiene forma de gránulos que se cultivan y se reproducen para elaborar bebidas fermentadas con beneficios incalculables: presenta propiedades antivirales, antifúngicas, antibióticas y estimulantes del sistema inmune.
Hay numerosos estudios que confirman su eficacia en el tratamiento de enfermedades como diabetes, anemia, asma, y especialmente las relacionadas con el sistema digestivo: úlceras, intolerancia gástrica, colon irritable y divertículos.
Existen dos tipos de kéfir, de leche y de agua, que son la misma microflora adaptada a medios diferentes. Y si bien podes adquirir la bebida lista para consumir, podes realizarla en casa de manera sencilla y consumirlo diariamente en dosis de 1 a 4 vasos diarios, según tus necesidades y tolerancia.
Para hacerlo vas a necesitar:
- Frasco o jarra de vidrio
- Cuchara de madera
- Lienzo
- Colador de tela o plástico
- Nódulos hidratados de kéfir (en general los obtenes por medio de otro cultivador): 3 cdas.
- Azúcar mascabo: 3 cdas.
- 1 puñado de pasas de uva o 3 dátiles
- 3 rodajas de limón
- Agua filtrada: 1 lt.
Coloca todos los ingredientes en el frasco o jarra, tapa con el lienzo y dejalo 24 hs en reposo en un lugar templado y protegido de la luz solar. Una vez terminadas las 24 hs, remove la bebida y deja en reposo otras 24 hs mas.
Por último, filtra el liquido y envasa el kéfir en una botella con tapa y conservala en la heladera. Vas a notar que la bebida es carbonatada y ligeramente ácida, podes saborizarla con jugo de cítricos, de arándanos, canela, clavo de olor o mezclarlo con jugo de compota.
A los gránulos colados guardalos en un frasco con agua filtrada y 2 cdas. de mascabo para repetir el proceso. La multiplicación de los nódulos, indica que el fermento esta activo y es de calidad.
A probar el kéfir y sostenerlo en el tiempo para notar sus efectos 😉