Sabías que…
el limón sea, probablemente, la fruta más valiosa para las personas que llevaron una dieta rica en grasas y proteínas? Porque elimina bacterias putrefactas en intestinos y boca, gracias a su acción antiséptica y antimicrobiana.
Es muy rico en vitamina C y ácido cítrico y tiene tantas propiedades que sólo voy a mencionar algunas: mejora la absorción de minerales (entre ellos el hierro), limpia la sangre y detoxifica el hígado, mejora la circulación sanguínea y fortalece los vasos sanguíneos débiles, alivia la mala digestión, trata el dolor e irritación de garganta, calambres y diabetes. También se emplea en la cosmética natural, ya que tiene propiedades aclarantes y desodorizantes y en productos ecológicos de limpieza doméstica.
Podés incorporarlo todos los días, especialmente a la mañana, tomando un vasito de agua con jugo de limón; en ricos aliños para ensaladas (uno que me encanta lleva aceite de oliva, sal marina, pimienta, mostaza y mucho limón); postres (usando jugo y ralladura de limones orgánicos por ejemplo); jugos refrescantes o en alguna mascarilla casera esos días que te tomas para vos.
Su sabor es intenso y purificante, comenza a incorporarlo pronto, porque también alivia los efectos del calor de verano 😉
Fuente: Pitchford Paul, «Sanando con alimentos integrales»