Soy una fanática devota del helado y no tengo problemas en confesarlo. Algunos pacientes se sorprenden y otros sienten que finalmente encontraron a alguien que los comprende, porque es un amor que se siente o no se siente.

En esta búsqueda de sabor he intentado hacer helados en casa y he probado casi todas las heladerías con las que me encontré, siempre que voy a algún lugar pruebo sus helados y si encuentro uno que me parezca bueno, no me lo olvido mas. Una vez probé un helado tan sublime que puedo acordarme hasta del clima de ese día y todas las sensaciones que me produjo su sabor. Tal vez así entiendan por qué para mi el helado es un tipo de amor 🙂

Esta receta perfecta para el verano que les paso hoy me pareció tan sencilla, tan natural, tan divertida y tan fresca que no pueden no probarla. Su delicia radica justamente en la sencillez y en la practicidad (si, cocinar rápido, fácil y rico a veces hace a una comida doblemente exquisita).

Vamos a necesitar:

• Frutas a elección, por ejemplo: mango, kiwi, frutillas, durazno, ananá, melón, sandía, arándanos, naranja, cerezas.
• Opcionales: yogur, yogures veganos, coco rallado, algarroba, chocolate amargo, crema, mascabo, miel.

Simplemente vas a pelar, cortar y procesar la fruta que quieras sin agregarle agua ni azúcar, de manera que se forme un puré. Después vas a colocar el puré en moldes, vasitos o cubeteras (a estos últimos les colocas el palito antes que se congelen totalmente) y los llevas al freezer. Eso es todo!

A partir de ahí podes jugar con un montón de combinaciones: frutillas + mango, ananá + durazno, sandía + lima, cerezas + jugo de naranja, arándanos + frutillas. Y también agregarle una parte cremosa con un poco de yogur natural con miel y coco rallado o chocolate  + arándanos o cerezas por dar sólo un ejemplo.

Después de unas horas, te tomas un heladito y disfrutas de ese rico sabor veraniego que tanto nos gusta!