La palabra «primavera» alude a «primer verdor» y es evidente en el renacimiento de las plantas que salen de hibernación, en la temperatura y en nuestro humor, que con el sol y la luz mejora notablemente.
En esta época el apetito disminuye, el cuerpo se limpia naturalmente a sí mismo y es importante atender al hígado y la vesícula biliar. Por eso lo normal sería que comamos menos para depurar las grasas y los alimentos pesados del Invierno.
Como la dieta va a ser mas ligera, puesto que no sólo aumenta la temperatura progresivamente sino que además las actividades de este último cuatrimestre del año suelen ser mas intensas y necesitamos de mayor liviandad, podes tener en cuenta:
- incorporar hojas verdes frescas y pastos de cereal;
- limitar alimentos ricos en sodio como la salsa de soja, miso y fiambres;
- sumar hierbas benéficas: menta, albahaca, hinojo, romero, eneldo, alcaravea, laurel;
- alimentos dulces mediante legumbres y cereales integrales, germinados, remolacha y zanahoria;
- parasiticidas naturales como el ajo y la cebolla crudos diariamente;
- cocinar de manera simple, preferir alimentos crudos (sin excederse y atendiendo la situación particular del intestino grueso) y cocer los alimentos por menos tiempo y a temperaturas mas altas (salteado o al vapor).
Recorda que esta es la estación para descongestionar el hígado, uno de los órganos mas afectados en la actualidad debido al excesivo consumo de grasas, productos químicos y tóxicos que interrumpen los complejos procesos bioquímicos que realiza y que da como resultado muchísimos problemas físicos y emocionales.
Esta primavera no dejes de ayudar a tu cuerpo a florecer y a darte la experiencia de disfrutar de su enorme potencial de energía y vitalidad.
Lic. Andrea Lizarraga